La enfermedad carotídea ocurre cuando las arterias que llevan sangre al cerebro se van estrechando por la acumulación de grasa y placa en sus paredes. Este estrechamiento puede disminuir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de sufrir un infarto cerebral (ACV). La mayoría de las veces no causa síntomas, por lo que es importante detectarla a tiempo, especialmente en personas con factores de riesgo como hipertensión, diabetes, colesterol alto o tabaquismo.
Incluye el control de la presión, el azúcar y el colesterol, uso de medicamentos para evitar coágulos, y cambios en el estilo de vida como dejar de fumar y hacer ejercicio. Es la base del tratamiento en todos los pacientes.
Es un procedimiento en el que se limpia la arteria por dentro para retirar la placa que la está obstruyendo. Ayuda a mejorar el flujo al cerebro y disminuir el riesgo de un evento vascular.
Es una técnica mínimamente invasiva que se realiza mediante catéter. Se coloca un pequeño dispositivo llamado stent dentro de la arteria para mantenerla abierta. Es ideal en pacientes que no son buenos candidatos a cirugía abierta.
